La variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC) es una medida de la adaptabilidad general de un organismo y, por lo tanto, una medida de la salud. La variabilidad de la frecuencia cardíaca se calcula a partir de los intervalos de milisegundos entre los latidos cardíacos individuales de una persona. El cambio en estos intervalos de tiempo es una medida de la capacidad reguladora del sistema nervioso autónomo.

El sistema nervioso autónomo controla todos los procesos funcionales esenciales en el organismo humano. La interacción de sus dos ramas (Sympathikus para el rendimiento y parasimpático o vago para la regeneración) se puede detectar y visualizar mediante la medición de la variabilidad de la frecuencia cardíaca.

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